viernes, 29 de enero de 2010

THE TRAP

The Trap es el último trabajo del realizador británico Adam Curtis (también creador de El Poder de las Pesadillas). Explica los orígenes de nuestra idea actual y limitada de la libertad. La serie fue emitida en la BBC en marzo del 2007 y consta de 3 episodios en los que se muestra cómo la creación de un modelo simplificado de los seres humanos como criaturas egoístas, casi robóticas, condujo al concepto moderno de libertad. Este modelo derivaba de ideas y técnicas desarrolladas por los estrategas nucleares durante la Guerra Fría para controlar el comportamiento del enemigo soviético.
El matemático John Nash (ganador del Premio Novel y polularizado en la pelicula "Una Mente Maravillosa") partía de la idea de que todos los seres humanos actúan de la misma forma: como criaturas egoístas que sólo piensan en su propio beneficio y constantemente modifican sus estrategias para sacar el máximo provecho de los demás. De allí que era posible tratar de predecir sus movimientos, basándose en los postulados de las Teorías de los Juegos.
Este mismo modelo fue desde entonces desarrollado por biólogos genéticos, antropólogos, psiquiatras radicales y economistas del libre mercado, y ha llegado a dominar tanto el modo de pensar político como el del resto de los ciudadanos.
Está en la base de las ideas liberales de una democracia regulada por las fuerzas del mercado, de la antipsiquiatría y de la ciencia psiquiátrica modernas.El resultado, según Curtis, ha sido este paradójico y extraño mundo en que vivimos, que parece haber copiado al pie de la letra lo peor de las distopías imaginadas por Orwell y Huxley en 1984 y Un mundo feliz, respectivamente: un mundo dominado por la cultura del miedo, desbordado por la burocracia, el mercantilismo desenfrenado, en el que se cercenan libertades individuales en nombre de la libertad y la felicidad puede ser alcanzada a través de medios artificiales, con una simple píldora.
Los tres capítulos de The Trap resultan imprescindibles para descifrar la retorcida realidad en la que vivimos inmersos, sin percatarnos de sus paradojas.

domingo, 24 de enero de 2010

ya es hora de decir la verdad a todos estos politiquillos


Hola a todos!! navegando por internet he encontrado esta carta que encuentro muy interesante!! me encanta la claridad meridiana con la que nuestro amigo LOBO expresa toda una serie realidades sociales incomodas de ver o aceptar!! Aqui os la dejo, y que cada uno saque sus propias conclusiones! yo miraré de no tomar partido, aunque me encantaria conocer personalmente al autor,seguramente nos hariamos amigos!!

Ya es hora de decir la verdad a todos estos politiquillos.


Hoy, Zapatero ha anunciado que dará un portátil con pantalla táctil a cada alumno de primaria. Así, sin importarle el coste, ni que estemos en crisis, ni que para qué coño usa un crío de 10 años un portátil con internet en clase, si no es para estar en el tuenti, o si el profesor estará preparado para usar ese chisme o la asignatura, para poder impartirla de forma informática. En mi universidad, de Ingeniería Industrial, tenemos suerte si el profesor tiene las transparencias de la asignatura en el ordenador. No se ha preocupado de si hay enchufes en las clases, ni del pastuzo que cuesta, ni del medio ambiente.
Sólo se ha preocupado de conseguir votos, de salir en la tele, y de la comisión que se llevará de cada portátil, que pagaremos entre todos. Como hacen todos, el PSOE y el PP. Porque nadie ha dicho, ni en el parlamento, ni en la televisión, que eso es una soberana subnormalidad que nos va a salir por un ojo de la cara. Todos son iguales, lo único que les importa es lo que roban, hacen como que discuten, pero para subirse el sueldo siempre están de acuerdo. Y ya me han tocado los cojones, ellos y quien apoya a unos o a otros.

Ahora prohíben dar bolsas de plástico por el medio ambiente, porque esas bolsas van a la basura. Sí señor, de hecho, las usamos para tirar la basura. Eso sí que es reutilizar las cosas. Ahora tendremos que comprar bolsas de basura, con lo que el plástico que tiraremos será el mismo, pero las tendremos que comprar, éstas y la bolsa reusable del Carrefour.

Igual que pagamos a precio de oro la energía que se genera con las energías renovables, placas solares y molinos eólicos. Que son tan caras de construir y de mantener, que si no la subvencionamos (vamos que la pagamos entre todos), no sale rentable. Que son complicadas de construir, no dan una mierda de energía, tienen una vida útil de pocos años, y después hay que tirarlo todo, y eso sí contamina un huevo. Porque todo el mundo que sabe un poco, sabe desde hace tiempo que la energía más limpia y más barata es la nuclear. Pero nos han comido la cabeza y nos la siguen comiendo. Porque como en La Muela, el político de turno cobra por cada molinillo.

Hoy me tiene hasta los cojones la banca, que nos ha metido en una crisis dando hipotecas de 200.000 euros a gente con un sueldo de 600 y presentando como aval un chupa chups, y ahora cierran el grifo cuando ya se han hecho de oro. Y me los tocan los gilipollas que se lo compraron, sin preocuparse de si algún día lo podrían pagar. Y los miles de interesados que han especulado con el suelo y con la vivienda. Y ahora nadie lo paga, pero todos nos echamos las manos a la cabeza.

Y el PP y la patronal proponen como medida, abaratar el despido y reducir el paro. Y nadie les dice que se reduzca el sueldo su puta madre, que ellos tienen el sueldo seguro, y los otros cuando se hicieron de oro no se quejaban, pero ahora quieren que el despido les salga gratis.

Porque estoy hasta los cojones de que la SGAE y un montón de soplagaitas como el Ramoncín y los Bardem, que se dicen progresistas pero tienen su casa de lujo en Miami y su yatecito en el puerto, me cobren a mí un canon por cada CD, disco duro, móvil, MP3, impresora o por cada libro que cojo prestado de una biblioteca pública, y el Gobierno les deja porque si dices algo en contra de ellos salen hablando mal de ti, y te hacen perder las elecciones.

Así que nadie les dice ladrones, que es lo que son. Que además hacen una mierda de películas que no tienen argumento, y sólo venden entradas porque sale el Hugo Silva en pelotas. Y para más huevos, una de las autoras de semejantes bodrios es la Ministra de Cultura. Tiene cojones la cosa.

Resulta que el criminal soy yo, por usar internet, por poner el emule, por usarlo para decir lo que me da la gana y para buscar más información que la que me dan mascada en las noticias de las tres, que la mitad del telediario es deporte y la otra mitad el tiempo, con un par de anuncios del jefe de la cadena de por medio, camuflados como noticias. Soy un delincuente por intentar pensar por mí mismo, porque me quejo de que nos roben y nos toreen, y aun encima nos dejemos.

Igual que nos dejamos meter miedo, para intentarnos vender vacunas y mascarillas, diciendo que viene una pandemia mundial de gripe del cerdo, ahora gripe A. Igual que antes los mismos dijeron que venía la gripe aviar. Y qué curioso que las dos veces, quien anunció al mundo que habría millones de muertos, sea el dueño de la fábrica de las vacunas y secretario del gobierno de George Bush. Millones de dosis de un medicamento llamado Tamiflu, que por lo que se sabe ha matado a más gente de la que ha salvado. Pero todos callan, y si me fuerzas, le hacen el bombo.

Demostrando que hay idiotas en todos lados, ahora el PP ha pedido que los padres tengan que autorizar a alguien con menos de 18 años antes de que puedan hacerse socios del tuenti o del facebook. Lo que significaría que una niña de 16 años puede abortar sin pedirle permiso a los padres, y un crío de 17 asesinar a alguien sin ir a la cárcel. Pero no pueden subir sus fotos en pelotas hechas delante del espejo. Que ya de paso sirve para que las vea el chico que te gusta... y el que no te gusta, sus amigos pajeros, y todos los cerdos pederastas de internet. Porque éste es el país donde todo el mundo hace las cosas sin pensar, tengas 16 años y lleves un calentón, o tengas 50 y seas ministro.

Cansado, de que lo que vivimos en España ya no pueda llamarse inmigración. Es una PUTA INVASIÓN, donde si ves por la calle a otro español, casi te sorprendes, porque no hay más que negros, moros, sudacas y rumanos. Y les damos subvenciones y ayudas, mientras sus hijos se organizan en bandas, se adueñan de los parques, piden dinero por jugar en una pista de baloncesto, que es de todos, y mientras se pasean, buscan marrones. Ahora les daremos un ordenador de pantalla táctil, y tu hijo, al que has tenido que meter a un colegio privado para que no se junte con esa gente y aprenda algo, el ordenador ni lo verá.

Pero es mejor discutir sobre si yo hablo catalán, o tú gallego, de que yo soy vasco y tú insular. Es mucho mejor que reconocer que somos un país de burros, de los últimos países en educación, con una tasa de abandono escolar que asusta, y donde estamos volviendo a que la gente no sepa apenas escribir y mucho menos sumar. Porque si yo digo "me gusta pensar, me gusta saber cosas", me miran raro, porque aquí está mejor visto ser un completo analfabeto. Y los de arriba contentos, así no piensas y votarás lo que te digamos y te venderemos lo que queramos..

Todo ello sin que la televisión diga absolutamente nada, sin que nadie haga nada. Eso sí, el fútbol y los toros que no falten, y el programa de marujeo, donde si se pegan, mejor. Un programa de callejeros o todos los que lo imitan, donde se vea gente drogándose y yéndose de fiesta, que eso da audiencia, y la audiencia es publicidad, y vende. Y siempre es lo mismo, todo por dinero.

Nos estamos acostumbrando a ver muertes y asesinatos a sangre fría en televisión. Ya a casi nadie le escandaliza. Y aún tengo que aguantar que insinúen que la moral de los periodistas es superior, que es una profesión muy respetable, mientras los de la tele venden cada día sus principios por un punto de audiencia.

Así que escribo esto. Siento haberme extendido mucho. Si no te gusta, pues bórralo. Me da igual que lo reenvíes o que no. Sólo sé que alguien tiene que decirlo y que lo digo porque ya me han tocado los cojones.

Lobo

martes, 29 de diciembre de 2009

EXPLICACIÓN DE LA ESTAFA MUNDIAL "POWER BALANCE"

Este tema que presentamos a continuación es una recogida de dos extensos comentarios que explican las características reales de lo que es "POWER BALANCE", intentan examinar detalladamente el fraude a nivel mundial de dichas pulseras.
El primer comentario realiza un estudio científico demostrando con exactitud lo que significa el holograma incrustado de frecuencias.
El segundo comentario es para quien aún crea que a él le funciona, no tiene desperdicio:
1 comentario:
Hace poco nos comentaba un amigo del blog que en una tienda de deportes próxima a su domicilio han comenzado a vender un nuevo producto mágico: las pulseras Power Balance, que prometen un aumento de tu equilibrio, elasticidad y bienestar general. A nuestro amigo le hicieron probar una de las pulseras y, tras declarar que no notaba diferencia alguna, le explicaron que la causa es que él tenía muy buen equilibrio y gran elasticidad, por lo que no notaba efectos apreciables. Es curioso, estas cosas siempre funcionan con todo el mundo menos contigo…
A pesar de que no deja de ser el viejo cuento de las pulseras energéticas, nos ha llamado la atención que esta reinvención ahonda más en las características típicas de estos productos mágicos: el uso de palabros y propiedades rimbombantes que suenan a última tecnología, a la par que se afirma que la “medicina oriental” lleva milenios utilizándolas (comodín donde los haya, este de las medicinas milenarias). Pero veamos en que consiste esta remodelada parafernalia de las pulseritas energéticas.
Básicamente, la explicación resumida de las pulseras holográficas consiste en que llevan unos hologramas en los que se han grabado frecuencias naturales que resultan beneficiosas para el cuerpo humano, el cual en estado sano posee una frecuencia específica entre 62 y 72 Hz, cuya alteración produce estados patológicos. Las frecuencias grabadas en el holograma equilibran esta frecuencia natural del ser humano, con lo que no solo sirven para mejorar el equilibrio, la fuerza y la elasticidad, sino que también curan dolores, estres, mareos, fatiga, etc.
Según las webs que venden esta “tecnología”, la base de las pulseras consiste en un “holograma que funciona a través de frecuencias que se encuentran en nuestro ambiente natural de las cuales ya conocemos de sus efectos positivos en el campo de energía del cuerpo“.
¿Qué carajos significa esto? Algún distriubidor aclara un poco más, diciendo que “Power Balance es un holograma en el que se han incrustado frecuencias naturales halladas en la naturaleza“.
¿Estos señores de Power Balance saben que demonios es una frecuencia?. Según ellos, parece que la “frecuencia” es algún tipo de emisión beneficiosa, algo así como una “energía”, pero más moderna. Algo que además se puede “incrustar” en un holograma, ahí es nada…
Pues va a ser que no. La “frecuencia” no es ninguna emisión ultratecnológica. La frecuencia simplemente es una magnitud física, que señala la tasa de repetición de un fenómeno en una unidad de tiempo. Así, podemos decir que la frecuencia cardiaca de un humano sano es de 60 a 80 pulsaciones por minuto, que meteoritos de un metro de diámetro chocan contra la Tierra con una frecuencia de uno al año o que el motor de un vehículo se mueve a 4.000 revoluciones por minuto.
De esta forma, si un evento se repite cada 0,5 segundos, su frecuencia será 1/0,5 = 2 ciclos por segundo.
Según el sistema métrico internacional, la unidad de medida es el Herzio (Hz), que es el número de veces en que se repite el evento en un segundo. Una frecuencia de 20Hz, por lo tanto, tiene una repetición de 20 veces por segundo. Anteriormente se denominaba ciclos por segundo (cps), unidad que aún se emplea en ocasiones.
En el caso de las ondas (como las ondas en el agua, aire o la radiación electromagnética), la frecuencia es el número de oscilaciones (vibraciones completas) que efectúa cualquier partícula, del medio perturbado por donde se propaga la onda, en un segundo. Una vibración rápida corresponde a una frecuencia elevada, mientras que una vibración lenta corresponde a una frecuencia baja.
¿Que significa entonces eso de “incrustar una frecuencia”? Pues evidentemente, una total incorrección, por no decir un completo disparate, equivalente a “incrustar una longitud” o “incrustar un volumen”. Cuando decimos que algo “emite una frecuencia”, en realidad lo que se emite es una radiación, un sonido o una vibración de cualquier tipo, la cual tendrá unas características determinadas: una amplitud, una longitud de onda y una frecuencia.
Por eso, no se pueden emitir o grabar frecuencias “a secas”, de igual forma que no se pueden emitir o grabar longitudes o volúmenes “a secas”. A no ser, claro está, que los señores de Power Balance se refieran a que han grabado en el holograma un dibujo como el de la figura superior, la palabra “xx Hz” o el holograma de un rayo láser que tuviese dicha frecuencia. El problema es que solo podría “leerse” con otro laser de frecuencia similar, pero eso es otro cantar.
Hologramas emisores
Llegados hasta aquí, ¿que puede significar eso de fabricar hologramas con frecuencias incrustadas? ¿Emite algo el holograma con una frecuencia preprogramada?.
Pues también va a ser que no. Un holograma no es más que una fotografía especial, registrada mediante un rayo laser en una emulsión sensible especial. Por lo tanto, un holograma no emite nada diferente a lo que podría emitir una fotografía convencional.
Los charlatanes de Power Balance afirman que “cada objeto de este planeta tiene una frecuencia que puede medirse con exactitud, Albert Einstein sabía que todo en el universo emite una frecuencia única“. Típico ejemplo de magufología aplicada: mezclamos unos conceptos confusos con el nombre de un genio y parece que estamos revolucionando la física contemporánea.
Como cualquier cuerpo, un holograma, una fotografía convencional, un cuerpo humano o una nuez de macadamia emiten una radiación electromagnética que depende de la temperatura a la que se encuentran y a la naturaleza de su superficie. Esta radiación, a temperatura ambiente, tiene una frecuencia muy baja, inferior a las ondas visibles por el ojo humano. Según aumenta la temperatura, aumenta la frecuencia de la radiación emitida que a suficiente temperatura puede llegar a hacerse visible: este es el fenómeno por el que los cuerpos incandescentes comienzan a brillar.
Por lo tanto, un holograma no emite nada raro, y aún menos “frecuencias especiales programadas”. Un holograma es una fotografía especial, sin mayor misterio.
Profundizando un poco, encontramos que los fundadores de la Compañía Power Balance, Troy y Josh Rodarmel explican que “un holograma puede almacenar más datos por centímetro cuadrado que otros materiales [...] mediante cálculos realizados por ordenador podríamos de una forma más barata incrustar las mismas frecuencias en los hologramas” y se quedaron tan anchos.
Efectivamente, en un holograma pueden grabarse datos, al igual que un papel, en un CD o en un DVD. La ventaja es que, a diferencia de estos medios, la holografía utiliza todo el volumendel material de almacenamiento, en lugar de únicamente de la superficie. Aunque por otro lado, para grabar una frecuencia tampoco hace falta mucha capacidad de almacenamiento, con escribir “72Hz” ya hemos terminado.
Ahora bien, pretender que al grabar “datos de frecuencia” en forma holográfica estamos produciendo un efecto sobre el organismo, sería el equivalente a decir que colgándonos del cuello un DVD en el que se encuentra grabado un documental sobre la vida de los tigres aumentamos nuestra agresividad y potencia física.
La frecuencia del ser humano
Es bastante habitual leer que el ser humano tiene una “frecuencia” propia responsable de su estado físico y psíquico, y que la alteración de esta frecuencia produce estados de malestar o incluso enfermedad. Los creadores de Power Balance, llegan a apurar hasta fijar esta supuesta “frecuencia” entre los 62 y 72 Hz. Sin embago, esta frecuencia específica del cuerpo humano no es más que un mero mito sin fundamento alguno, alimentado por ciertas filosofías orientales leídas apresuradamente, así como por determinadas propiedades mecánicas de todos los cuerpos, aplicadas de forma totalmente inadecuada.
Como ya hemos señalado más arriba y al igual que cualquier objeto, el cuerpo humano emite radiación electromagnética debido al movimiento de sus átomos. También al igual que cualquier otro cuerpo, a mayor temperatura, se produce un mayor movimiento atómico y un aumento de la frecuencia de la radiación emitida. En el caso de los mamíferos, esta radiación es considerable, debido al calor corporal, y se emite en el espectro infrarrojo (por encima de los 300GHz), algo muy lejano a lo que se refieren los Power Balance. Esta emisión es la responsable de que podamos detectar cuerpos de mamíferos mediante cámaras infrarrojas, como las empleadas en seguridad.
Otro tipo de radiación emitida por el ser humano (y otros animales) es el resultado de la actividad neural, especialmente en el cerebro. Éste emite radiación en un espectro entre 0,1 y 30 Hz, dependiendo del tipo de actividad cerebral que se esté desarrollando. Tampoco coincide con los 62-72 Hz que abogan las pulseras mágicas.
Cuando se habla de la frecuencia propia o natural de un cuerpo, generalmente se refiere a la frecuencia del sonido producido cuando este material vibra. Esto resulta muy evidente en cuerpos rígidos -especialmente si son elásticos- tales como un diapasón, una cuerda tensa de guitarra o una copa de cristal. En cuerpos compuestos por distintos materiales, cada uno de ellos tiene una frecuencia propia diferente, lo que hace muy complicada su estimación. Por otro lado, los cuerpos blandos tienden a disipar rápidamente la vibración. Además, debemos prestar atención al hecho de que esta frecuencia es la que tendrá el sonido en el caso de que el cuerpo vibre, lo que no tiene porqué hacer necesariamente.
Así pues, resulta al menos insostenible la afirmación de que el cuerpo humano tenga una “frecuencia característica y única”. Más bien somos unos emisores de radiación de amplio nivel.
Energías, armonía y salud
La emisión de energía, sea de la frecuencia que sea, es el resultado de una actividad determinada. En el cuerpo humano y de otros seres vivos, es producto de los mecanismos que originan y mantienen el calor corporal (actividad metabólica, muscular) o bien de otros procesos como la actividad neuronal. Cierta energía es utilizada por el organismo (parte del calor se emplea para que las reacciones metabólicas tengan lugar a una velocidad viable), otra simplemente se dispersa en el entorno.
No debemos confundir un efecto con una causa. El cambio de la frecuencia de cualquiera de estas radiaciones es un efecto de una modificación en la actividad corporal (la causa), tal como el aumento de la temperatura del cuerpo, un cambio en la actividad cerebral, etc. Además, no es algo tan sencillo como que “cuando la frecuencia del cuerpo baja a 58 Hz los resfriados y las gripes son más frecuentes“. Analizando lo que llevamos expuesto, cabría preguntar: ¿cuando baja qué frecuencia? ¿los más de 300 GHz de emisión infrarroja? Desde luego, si la radiación emitida baja a 58 Hz no es que nos resfriemos, es que estamos más muertos que Tutankamon.
Nuestro cuerpo no funciona entonces mediante energía? Por supuesto que sí, pero nada de “energías vitales” o “circuitos de flujos energéticos misteriosos”. El cuerpo emplea energía en multitud de procesos. Energía química que almacena en forma principalmente de ATP y que se emplea en el metabolismo celular, energía calorífica para permitir el desarrollo de estas mismas reacciones metabólicas, energía bioeléctrica para transmitir impulsos nerviosos, etc. De nuevo, multitud de procesos muy variados que se alejan mucho del concepto de un diapasón biológico emitiendo una frecuencia estable y determinada.
Resonando el biocampo
Por si todo esto fuera poco, los charlatanes de Power Balance hacen filigranas dialécticas para explicar el funcionamiento de estos hologramas emisores de energías naturales del cuerpo humano: “Power Balance no contiene ningún tipo de energía por si solo. Tus energías bio-eléctricas cargan el holograma quantum.“.
Vaya, se supone que nuestras energías bioeléctricas cargan el holograma (lo de quantum debe ser que suena a cuántico, la repanocha de moderno y científico). Vamos a ver, si el holograma solo era una imagen que tenía grabadas unas frecuencias determinadas, ¿como puede cargarse? ¿se calienta? ¿se genera una diferencia de potencial? ¿donde? ¿cómo?.
Para aclarar, siguen los charlatanes afirmando “ Power Balance puede entenderse como el diapasón funciona resonando con tu cuerpo, sintonizando con el biocampo, armonizando con tu chi interior“. Venga, sin cortarse un pelo, ahora nos pasamos en una frase de energía eléctrica a resonancia mecánica, y sin despeinarnos.
En primer lugar, nunca se ha podido comprobar -ni mucho menos medir- la existencia del pretendido “biocampo” que pregonan muchas medicinas alternativas. Como hemos explicado antes, las radiaciones emitidas por el organismo son de frecuencia muy variada. En segundo lugar, la resonancia de un diapasón es un fenómeno mecánico por el cual un cuerpo expuesto a una vibración coincidente con su frecuencia natural ve aumentada la amplitud de la vibración propia (un diapasón vibrando puede hacer sonar un segundo diapasón gemelo). A esto se debe también la capacidad de algunas sopranos de romper un vaso con el canto, dado que emiten en la misma frecuencia que la natural o de resonancia del vaso.
Por lo tanto, la burrada que afirma esta gente es que el campo bioeléctrico se convierte en una vibración sonora que coincide con la frecuencia natural del holograma (que no tiene que ver con lo que tenga grabado, sino con la naturaleza del material en el que está construido). Completamente delirante. Si a algún paciente lector le quedan ganas, puede leer este excelente artículo sobre resonancia del blog de Wis Physics.
Pero ya lo que constituye la puntilla del argumento es el final de la explicación: “El estrés generalizado y la actividad física hacen que los bio-campos sean más caóticos e incoherentes. Power Balance transforma este proceso asegurando eficiencia, armonía y equilibrio“.
Pero hombres de dios, si el holograma resonaba porque estaba sintonizado con esa frecuencia inexistente y ésta cambia, en todo caso dejará de resonar, ¿como narices se las apaña para modificar la frecuencia original?. Cuando una soprano rompe un vaso, se debe a que emite su sonido en la frecuencia específica del mismo, pero si la soprano desafina, el vaso no le hace cambiar de tono automáticamente! Quizá los que deban leer a Wys Physics sean los redactores de tan peregrina explicación.
Charlatanería y solo charlatanería
Concluyendo, nos encontramos ante un modelo típico de charlatanería pseudocientífica: se graba en un holograma la frecuencia específica del cuerpo humano que nunca se han medido ni se ha comprobado que exista, se coloca este holograma en una pulsera y se pone a resonar con tu energía bioeléctrica por el simple hecho de llevar escrita una frecuencia, saltándose todas las leyes de la física y sin que además sirva para nada, dado que cuando la imaginaria frecuencia natural coincide con la grabada, es porqué según estos tipos el organismo funciona correctamente. Finalmente, si tu biocampo -que tampoco se ha detectado jamás- cambia de frecuencia, el holograma -por si se había dejado alguna ley física sin violar- deja de resonar y se convierte en un modulador que modifica ese imaginario biocampo consiguiendo que un cuerpo blando y compuesto de muy diversos materiales como es el cuerpo humano entre en resonancia, y todo ello sin emitir energía ni radiación ninguna, por toda la cara.
El único fenómeno de resonancia que me imagino con toda esta parafernalia de vendedor de feria.


2 comentario:

Roberto es un tipo normal, aficionado a los deportes y a los viajes. Comparte mucho tiempo y numerosas aventuras con Paco, su amigo de la infancia. Además de muchos años de amistad, les unen sus aficiones y gustos, muy semejantes.
Sin embargo, existe una gran diferencia entre ambos: Roberto tiene muy mala suerte. Sin ir más lejos, el otro día compraron unos artilugios para mejorar el equilibrio en la práctica de uno de los deportes que les apasionan: el surf. Se trataba de unos pequeños brazaletes que según el fabricante les permitiría mejorar su estilo y, de hecho, Paco notó una considerable diferencia desde el primer día, apreciable a los ojos de todo el mundo. Roberto siguió con su surf de siempre, perdiendo los 35 euros invertidos.
No es la primera vez que les ocurre algo parecido, ni mucho menos. Hace un par de años, Paco encontró una solución a un problema que también comparten: el mareo en barco. Siendo grandes aficionados a los deportes náuticos, las naúseas eran un inconveniente para ambos desde hacía años. A Paco le contaron un secreto para evitar el molesto mareo: cubrir el ombligo con un trozo de esparadrapo. El truco no tiene justificación ninguna, pero Paco no se marea desde entonces, mientras que Roberto sigue echando los restos por la borda a la primera ola que zarandea la embarcación.
Y lo mismo ocurrió con aquel carísimo tratamiento floral cuando estuvieron en Tailandia, con aquel remedio homeopático para evitar el jet-lag y hasta con el ionizador que ambos compraron para mejorar sus sueños. Paco siempre amortiza lo invertido; Roberto no hace más que tirar el dinero.
Lógicamente, el pobre Roberto comienza a estar un poco harto. Nunca ha creído en la mala suerte, pero cada vez está más convencido de que a pesar de su escepticismo, algo así debe existir y le ha tocado de lleno.
Sugestión y sugestionabilidad
El caso de Roberto y Paco, sin embargo, no es nada excepcional. Roberto es una persona a la que la Psicología calificaría como poco sugestionable, mientras que Paco presenta una alta sugestionablilidad. Todos somos sugestionables, en mayor o menor medida y muchos de nosotros lo hemos comprobado en múltiples ocasiones: ¿quien no ha sentido nunca molestias tras leer una relación de síntomas de determinada enfermedad? ¿quien no ha tenido nunca un amuleto que llevaba a exámenes o acarreaba en sus viajes y que le hacía sentirse más seguro?.
Los efectos de la sugestión es algo que se conoce desde hace siglos, habiéndose constatado en innumerables ocasiones y tenido en cuenta desde antiguo por la práctica médica. Está comprobado que cuando a una persona le indicamos que vamos a suministrarle una medicación para su padecimiento, en un porcentaje significativo de los casos la persona mejora, aunque le suministremos simplemente agua con azucar sin poder terapéutico alguno. Esto es lo que se conoce como “efecto placebo”, y aunque sólo ahora estamos empezando a comprender su funcionamiento (Benedetti et al., 2005; Zubieta et al., 2005), está tan comprobada su existencia que siempre se toma en cuenta en el diseño de ensayos clínicos para probar cualquier medicamento.
Pero la sugestión o efecto placebo no se limita a las enfermedades. También podemos presentar una alta sugestionabilidad ante sucesos de la vida cotidiana, influyendo en aspectos tan variados como nuestra autovaloración, relaciones sociales, percepción, imaginación o estados emocionales (González & Miguel, 1999).
¿Qué es lo que nos sugestiona? La respuesta a esta pregunta no es sencilla: desde estímulos externos (algo muy utilizado en la publicidad subliminal o las técnicas sectarias), hasta lo que en psicología se conoce como “autosugestión”, producida por estados o procesos propios. Esto hace que ante una prueba determinada, estemos sujetos tanto a la influencia del entorno (experimentador, decoración, sonidos..) como a nuestro propio estado de ánimo y convicciones. Esto lo saben muy bien muchas terapias alternativas y otras disciplinas pseudocientíficas, que comienzan asegurando que “es necesario creer” para que el tratamiento funcione.
Ensayos clínicos y protocolos experimentales: como evitar el efecto placebo y otros sesgos.
Al margen de lo comentado, un aspecto importante es la existencia de posibles causas ajenas al proceso que estamos investigando y que influyan en éste, lo que puede hacernos obtener una conclusión equivocada. Por ejemplo, una persona puede morir de infarto tras administrarle un determinado medicamento; sin embargo, las causas de este infarto pueden no esten relacionadas con el fármaco y que ambos sucesos hayan coincidido por azar.
Debido a ello, cuando probamos algún producto sobre una población de estudio, solemos dividir ésta en dos grupos: un primer grupo recibe el tratamiento, mientras que un segundo grupo -llamado grupo de control- no recibe nada. Los resultados se registran en ambos grupos y se comparan entre sí, para averiguar si un posible efecto puede deberse al azar o a otras causas externas.
Ahora bien, tal y como comentábamos antes, el efecto de la sugestión propia o provocada debe ser tomado en cuenta a la hora de realizar un protocolo experimental, sea éste el ensayo de un medicamento o cualquier otro fenómeno y complementariamente a que utilicemos un grupo de control. Esto se debe al ya mencionado efecto placebo, que provoca mejores resultados si el sujeto sabe en que consiste la prueba que se le va a realizar.
Por otro lado, el propio investigador puede mostrar un sesgo subsconsciente, que le inclina a ver los resultados más favorables a su idea preconcebida y tender a despreciar o minimizar los contradictorios. Ha sido demostrado en numerosas ocasiones que sin tener una intención de manipular los datos, tendemos a “adaptarlos” a nuestras ideas preconcebidas.
Por ello, los protocolos más rigurosos para diseñar ensayos experimentales incluyen lo que se denomina “método de doble ciego”. En ellos, se suministra el tratamiento real al grupo experimental, mientras que se suministra algo similar e indistinguible al grupo de control, pero que no produce ningún efecto. De esta manera, un individuo no sabe si está siendo tratado con el principio activo o simplemente con un placebo. El experimentador tampoco conoce si está administrando o registrando resultados de un sujeto tratado con el producto real o con un placebo, con lo que también se elimina la influencia o sesgo del investigador.
La estadística como instrumento de evaluación de resultados
Supongamos, tras administrar determinado tratamiento a 100 personas, que hemos medido resultados positivos en tres de ellas, mientras que en el grupo de control al que se le ha suministrado un placebo ha presentado 1 caso de mejoría entre 100. ¿Significa esto que el tratamiento es efectivo o tanto los tres positivos del primer grupo como los del control son simple azar? ¿y si los resultados son 30 éxitos en el primer grupo y 10 en el segundo?
Es muy difícil, por no decir temerario, aventurarnos a establecer una conclusión sobre la efectividad de un mecanismo cuando las tasas de éxito no son escandalosamente mayoritarias. Afortunadamente, se han desarrollado métodos para poder analizar si estos números son significativos o si no podemos discernirlos del mero azar.
Por eso, cualquier estudio que consista en medir los efectos de determinado fenómeno sobre una población experimental, debe incorporar los análisis estadísticos necesarios que nos lleven a concluir si podemos considerar una ocurrencia superior a la que cabría esperar por azar.
Un problema añadido: la correlación.
Por si todo lo mencionado hasta ahora no fueran dificultades suficientes, existe un fenómeno denominado correlación de variables que puede mimetizar los resultados de un experimento.
Utilizando la reducción al absurdo como ejemplo ilustrativo, supongamos que deseamos saber si los analfabetos comprenden la teoría de la relatividad más dificultosamente que la gente con estudios primarios. Para ello, establecemos dos grupos: uno de analfabetos y otros que finalizaron la enseñanza primaria. A ambos, les facilitamos un libro divulgativo sobre relatividad y les damos una semana de tiempo para que lo lean. Después, entrevistamos personalmente a todos los sujetos de ambos grupos preguntándoles cinco conceptos básicos de física relativista. Los resultados obtenidos dicen que la tasa de aciertos en analfabetos es inferior al 5% mientras que en el otro grupo se aproxima al 50% .
¿Concluiríamos, a pesar de que estadísticamente fuera significativa la diferencia, que las personas que no saben leer tienen mucha más dificultad en comprender los conceptos básicos de relatividad? Obviamente, sería una conclusión errónea, dado que ninguno de los del grupo de analfabetos ha podido leer el libro. Lo que en realidad hemos comprobado es de perogrullo: los analfabetos no saben leer y los que han finalizado primaria sí.
Obviamente, sin tanta exageración como en el ejemplo, este fenómeno ocurre muchas veces en la naturaleza: diseñamos un experimento que en realidad está midiendo una variable distinta, aunque relacionada, de la que queremos estudiar.
Podríamos poner multitud de casos similares, aunque solo mencionaremos algunos de los más conocidos:
Existe una elevada correlación positiva y significativa entre las ventas anuales de chicle y la incidencia del crimen en los Estados Unidos de América. (Obviamente, no es lícito concluir que prohibiendo la venta de chicle podría reducirse el crimen, pues ambas variables dependen de una tercera: el tamaño de la población analizada)
Estadísticamente, los diestros viven más años que los zurdos. (No corras a aprender a usar la mano derecha, la explicación es que las estadísticas también prueban que la mayor parte de los zurdos son jóvenes, dado que hace años, en las escuelas se insistía en que los zurdos aprendieran a usar la mano derecha).
Se ha documentado una correlación positiva y significativa entre el índice de divorcios de un país y sus importaciones de plátanos (aquí preferimos no hacer observaciones).
Podemos ver que aunque una prueba nos demuestre que dos variables están relacionadas, carece de sentido concluir que también tiene que existir una relación causa-efecto entre ambas.
El caso contrario: como aprovecharse de la sugestión, de los sesgos y de las correlaciones
Dice el refrán popular: “Hecha la ley, hecha la trampa”. Y es que estas limitaciones de la experimentación son ampliamente utilizadas por timadores, pseudocientíficos y charlatanes de todas las categorías.
Acabemos con un último ejemplo: supongamos que queremos estudiar la influencia de una pulsera holográfica en el equilibrio del cuerpo humano. ¿Bastaría con probar en una cena con 10 amigos, de los cuales 5 notan efectos y otros 5 no? ¿o incluso en la que los diez resultan gratamente beneficiados?. No podemos estar seguros de que los resultados se deban al entrenamiento, a la sugestión o a cualquier otra causa desconocida.
El diseño óptimo sería convocar una cena con 300 amigos. Sin que ninguno lo sepa, a 150 de ellos se les ha introducido en el bosillo el holograma, y a los otros una simple chapa del mismo material sin grabar. Se hace la prueba aduciendo de que se trata de un nuevo y divertido juego, sin que el que anota los resultados sepa quien lleva el holograma y quien la chapita vacía. A continuación, se analiza si las diferencias entre ambos grupos -en caso de haberlas- son estadísticamente significativas o no.
¿Parece demasiado complicado? Sinceramente, pensemos si no lo es más gastarnos el dinero o incluso jugar con nuestra salud en base a cuatro testimonios y a unos “protocolos” que son completamente inadecuados.

martes, 30 de junio de 2009

pondrán precio a su cabeza...


La realidad de hoy en día está poniendo de manifiesto la cada vez mas evidente fractura entre oriente y occidente. Las diferencias sociales y culturales son cada vez mas difíciles de salvar, y los recientes ataques a capitales europeas y de América por parte de activistas islamistas hacen que la empresa sea menos que imposible. Dejando de lado los intereses políticos entre países y centrándonos en lo estrictamente cultural y sobre todo "religioso", aqui dejo un video en el cual la psiquiatra de origen sirio Wafa Sultan se enfrenta sin tapujos desde la TV de Al Jaseera a una realidad que la toca muy de cerca y que probablemente provocará que pongan precio a su cabeza, tanto por lo que denuncia como por ser la que lo hace, una mujer.

Que cada uno saque sus propias conclusiones...


lunes, 15 de junio de 2009

ARMAS DE DECEPCIÓN MASIVA

Se ha encendido un tórrido debate respecto de si Irak poseía armas de destrucción masiva y si la administración Bush--para justificar su invasión de ese país--engañó al público en relación con la evidencia de que esas armas existían. La evidencia acerca de tal "micro-decepción" parece evidente en virtud de las filtraciones difundidas a la prensa por los contrariados analistas de la inteligencia, quejándose de la presión por parte de la administración para hacer que la inteligencia se ajuste a la línea dura de la política de Bush para Irak. La administración Bush, ignorando el análisis experto del Departamento de Energía según el cual las tuberías de aluminio iraquí importadas no podrían ser utilizadas para producir armas nucleares, también incluyó la acusación de que sí podrían serlo, en el discurso del Secretario de Estado Powel a las Naciones Unidas, dirigido a edificar el apoyo para una dura resolución sobre Irak. De manera similar, el Presidente Bush no se retractó en su aseveración, hecha durante el discurso sobre el Estado de la Nación de este año, de que Irak intentó comprar uranio a una nación africana, incluso cuando se encontró que la cita se encontrada basada en documentos fraguados. Finalmente, dos informes discrepantes de analistas de inteligencia del Departamento de Estado--observando que no existía evidencia confiable alguna de que Irak había recomenzado su programa nuclear--fueron eliminados de la versión de una estimación de la inteligencia del gobierno revelada al público. Pero, como de costumbre, la prensa se centra en la pulga e ignora al elefante--el "macro-engaño" de la administración.

El intenso foco de la prensa en encontrar las armas de destrucción masiva iraquíes puede tener un resultado indeseable. Si las armas son eventualmente halladas, la cuestión del engaño de la administración podría evaporarse. Nadie se centrará en el engaño más grande de Bush al pueblo estadounidense en su esfuerzo por vender su aventura militar. Para los principiantes, aún si se encuentran las armas no convencionales, el hecho dominante es que Saddam Hussein no las utilizó incluso en el escenario en el cual la mayoría de los analistas militares occidentales predijeron que lo haría: la espantosa situación de un invasor extranjero que pone fin a su régimen (y posiblemente a él). Si Hussein no utilizó tales armas en esa situación extrema, lo más probable es que él no las hubiese empleado, en ausencia de una invasión, contra una superpotencia con un arsenal nuclear que domina el mundo. Los halcones podrían responder que uno nunca puede estar seguro sobre las intenciones de un déspota. Pero durante la Primera Guerra del Golfo y sus postrimerías, Hussein no tenía ningún historial de utilizar armas poco convencionales contra potencias armadas nuclearmente: Israel, Francia, Gran Bretaña y los Estados Unidos.

Hussein tampoco poseía incentivo alguno para dar, o un antecedente de entregar, tales armas a los terroristas--otra justificación de la administración Bush para la invasión. De hecho, la administración acusó a Irak de apoyar al terrorismo pero olvidó mencionar que los grupos a los que Hussein apoyó no centraron sus ataques contra objetivos estadounidenses (atacan sobre todo blancos israelíes). Además, Hussein no tenía ningún incentivo para entregar las super armas, la cuales son costosas para desarrollar y producir, a los grupos terroristas radicales e imprevisibles que bien podrían volverse en su contra o que podrían ponerlo aún en más apuros con las grandes potencias.

Por supuesto, la CIA le dijo a la administración Bush que Hussein no era proclive a utilizar algún arma de destrucción masiva o a entregarla a los terroristas a menos que los Estados Unidos lo provocaran atacando Irak. El Senador Bob Graham (demócrata por Florida), entonces presidente del Comité de Inteligencia del Senado, solicitó que el análisis de CIA fuese desclasificado antes que el Congreso debatiera la resolución de apoyo a la guerra. En respuesta, la administración desclasificó solamente aquellas conclusiones que apoyaban su posición belicosa. Graham tuvo que presionar a la administración para conseguir que el texto entero fuera desclasificado. Desafortunadamente, ese análisis pasmosamente importante--que hacía menos trascendente la posesión de armas poco convencionales (aún en el peor de los casos absolutos, armamentos nucleares) por parte de Hussein--fue ignorado por el Congreso, la prensa, y el público estadounidense en la carrera para apoyar la guerra de la administración. En otras palabras, una pequeña y relativamente pobre nación podría haber sido disuadida de incluso utilizar algunas armas nucleares contra una superpotencia con miles de ojivas nucleares. Bastante antes de la guerra, el informe de la CIA indicó claramente que Hussein no era la amenaza inminente que la administración sostenía.

Para conseguir el apoyo del público para una política sospechosa, la administración también se obsesionó por tratar de vincular a Saddam Hussein con los ataques del 11 de septiembre, lo que nunca pudo hacer con éxito. Los intransigentes en el Pentágono destacaron un informe de un estudiante que actuó como un informante no fiable, sobre una presunta reunión entre un funcionario de la inteligencia Iraquí y uno de los jefes de los secuestradores, Mohammed Atta, en Praga en abril de 2001. El FBI desenmascaró ese cuento observando que los recibos del hotel de Atta, y del alquiler de sus automóvil durante ese período, demostraban que él mismo se encontraba en los Estados Unidos.

Siempre que el análisis razonado en la política del gobierno cambia rápidamente, uno deba desconfiar de que la administración en el poder se encuentra efectuando un análisis de mercado para obtener el apoyo popular y de las burocracias relevantes del gobierno. Rara vez, sin embargo, los altos funcionarios gubernamentales admiten que esto ocurra--como lo hizo el Secretario de Defensa Interino Paul Wolfowitz cuando admitió que la administración escogió a las armas iraquíes de destrucción masiva como la justificación para la invasión, porque ésa era la única cuestión sobre la que las burocracias de la seguridad podrían ponerse de acuerdo. Si una administración sale a comprar motivos para invadir a otro país y tiene que engañar al público y al congreso para justificar sus acciones, quizás debería reconsiderar la política. Y lo que es igualmente importante: si la información sobre los programas de armas de los estados truhanes es tan poco concluyente que la administración tiene que distorsionarla y decorarla, ¿cómo pueden los Estados Unidos conducir una estrategia de “guerra preventiva”, que es críticamente dependiente de la buena inteligencia?
DOCUMENTAL: ARMAS DE DECEPCIÓN MASIVA
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viernes, 3 de abril de 2009

Carta a un periódico



Soy empleado público. Sí, señor. Funcionario. Esos personajes típicos, oscuros y en la sombra que, hagan lo que hagan, siempre están mal vistos. De ese colectivo que este año, POR PRIMERA VEZ en su historia ha conseguido que las dos pagas extras vayan a percibirlas en su totalidad. Sí, señor, en plena crisis. De esos que veían con envidia cómo su joven y cualificado vecino albañil, dicho con el mismo respeto que él me debe a mí, le restregaba en el bar del barrio que ganaba 2800 euros al mes, su bonito BMW rojo y su nueva casa mientras uno tenía que visitar el banco para pedir un anticipo de 300 euros con cargo a la paga extra no completa de junio y así equilibrar su austero presupuesto. Funcionario que, si no le congelaban el sueldo, se le incrementaba año tras año un pírrico 2 % cuando el IPC subía el 5 o 6 y casi todos disfrutaban de su cláusula automática de revisión salarial. Por tanto, que ahora no vengan los salvapatrias pudientes a echarnos a la gente encima sugiriendo congelación e incluso recortes de sueldo como si fuéramos los responsables de que medio país haya estado diez o doce años viviendo muy por encima de sus posibilidades sin guardar para la llegada del crudo invierno. No, señor. Llevo 23 años en la Administración. Como la mayoría de mis compañeros, mi sueldo sobrepasa apenas el mileurismo y jamás mi cartera ha sido afortunada portadora de uno de esos billetes ocultos en bolsas de plástico, colchones o paraísos fiscales. No conozco vacas gordas....ni flacas, y mi plaza, que era pública y para todo el que la quisiera, me la he ganado a pulso. Así que, salvapatrias, dejen que sigamos típicos, oscuros y en la sombra.
Y además, trabajando.

martes, 17 de marzo de 2009

Estos "yankies" si que saben...

Para aquellos a quien no os resulte conocido Joe Arpaio, es el sheriff del condado de Maricopa en Arizona y sigue saliendo elegido una y otra vez. Estas son algunas de las razones:
El sheriff Joe Arpaio creo la 'carcel-ciudad campamento' para ahorrarle al estado de Arizona el gasto de millones de dolares en otro costoso complejo carcelario.
Ha logrado bajar el coste de las comidas de la carcel a 20 centavos por racion y les hace pagar a los presos por esas comidas.
Ha prohibido fumar y las revistas pornográficas en la cárcel, retiró todo las maquinas de pesas, y suprimió todas las películas excepto las clasificadas 'para todos los públicos'.
El dice:
'Están en la cárcel para pagar su deuda a la sociedad no para hacer músculos con los que puedan asaltar a gente inocente cuando salgan de aquí.‘
Empezó las cuadrillas de encadenados obligando a los presos a hacer trabajos no remunerados en proyectos de la ciudad y del condado, para ahorrar así dinero a los contribuyentes.
Luego creo las mismas cuadrillas pero de mujeres para que no le demandasen por discriminación sexual.
Retiró de la cárcel la televisión por cable hasta que se entero de que hay una orden judicial federal que requiere que haya televisión por cable en las cárceles. Entonces volvió a conectar el servicio pero solo permitió el canal Disney y el del tiempo. Cuando se le preguntó por que el canal del tiempo contesto:
'Para que esos desgraciados sepan el calor que va hacer al día siguiente mientras estén trabajando en mis cuadrillas de encadenados.'
Suprimió el café porque tiene valor nutricional nulo y por tanto es un gasto superfluo del dinero de los contribuyentes. Cuando los presos se quejaron el les dijo:
'Esto no es el Ritz. Si no te gusta, no vuelvas.'
Con temperaturas incluso mas altas de lo corriente, en Phoenix (45º), la Asociación de Prensa informó: Existen unos 2000 presos viviendo en un campamento de tiendas de campaña, rodeado de alambres de pinchos en la cárcel del condado de Maricopa, y se les ha dado permiso para quedarse solo en calzones rosas pagados por el gobierno.
Ese miércoles, cientos de hombres llevando solo calzoncillos tipo boxeador rosas podian escucharse hablando en las tiendas de campaña donde las temperaturas alcanzaron mas de 50º: 'Esto es un infierno. Es igual que si estuviésemos dentro de un horno' -decía Ernesto Gonzales, un preso que llevaba allí 2 años y al que todavia le quedan 10 mas para cumplir su condena- es inhumano.'
Joe Arpaio, quien hace que los prisioneros vayan de rosa y coman sándwiches de mortadela, no se compadece ni una pizca.
'A los criminales se les debe castigar por sus crímenes, no dejar que vivan con toda clase de lujos, hasta que les llegue la hora de la libertad provisional, solo para que salgan a cometer mas crímenes, para volver a vivir del dinero de los contribuyentes y a disfrutar de cosas que muchos de los mismos contribuyentes no se pueden permitir.'
Ese mismo dia les dijo a todos los reclusos que se quejaban del calor en las tiendas:
'Hace entre 48 y 55º en Iraq y nuestros soldados están viviendo en tiendas de campaña también, además ellos caminan todo el dia bajo el sol, llevando el equipo completo de batalla y recibiendo balazos y ellos no han cometido ningún crimen así que callad vuestras malditas bocas!‘.
¡Así se hace, Sheriff! Si todas las prisiones funcionasen como la suya, habría muchos menos crímenes y no nos veríamos en la posición actual, en la que nos estamos quedando sin sitio en las cárceles.
El Sheriff Joe ha vuelto a ser reelegido como Sheriff en el condado de Maricopa County, Arizona.